No quiero ser una Superwoman

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No quiero ser una Superwoman

Ser mujer no es fácil y, por si alguien no se ha enterado aún, tampoco somos perfectas. La casa, los niños, tu pareja, el trabajo..., demasiados frentes abiertos incluso para una superwoman". Tú no lo eres, así que aprende con nosotras a asumir tus limitaciones y a liberarte del estrés.

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Seguro que, más de una vez, tú también has sentido estrés, angustia, desesperación, derrota, aburrimiento o culpabilidad con tu condición de madre, novia, amiga, esposa o mujer trabajadora.

¡Ríete con nosotras de esas situaciones absurdas que a todas nos abruman! Te enseñaremos a enfocarlas de un modo más positivo, a enfrentarte a ellas con otro planteamiento y a esbozar una sonrisa, en vez de lágrimas de desesperación.

Madre de todos

Pendiente de tus hijos, de tus padres, de tu pareja, del perro, del pájaro, del hámster… Y mientras tú cuidas de todos, ¿quién cuida de ti?

La actual crisis, la maternidad tardía de muchas mujeres y las constantes dificultades para disfrutar de una verdadera conciliación familiar son las culpables de que seamos madres demasiado abnegadas, desencadenando situaciones de alto estrés que pueden llegar a generar estados depresivos.

Esta debacle sólo la puedes parar tú. ¡Di stop y pide ayuda! ¡No tienes que poder con todo!No quiero ser una “Superwoman”

¡Estoy cansada!

Las mujeres tenemos una habilidad innata para asumir tareas, asistir a los demás y organizarlo todo, sobrecargándonos innecesariamente.

El día sólo tiene 24 horas, ¿estás segura de que no has asumido más trabajo del necesario? El truco está en organizarse mejor: distribuye las tareas entre todos, delega todo lo que puedas y reserva tiempo para ti sin excusas.No quiero ser una “Superwoman”

No sé decir “no”

Si te cuesta trabajo imponer tu voluntad, a menudo te sientes manipulada, negarte a hacer aquello que no te apetece se convierte en una lucha interna contigo misma, y la culpabilidad te angustia cuando lo consigues, entonces tienes un problema de asertividad.

No es culpa tuya. Tu educación, tus experiencias, tu personalidad y la sociedad en la que vivimos hacen que seas más sumisa, te cueste trabajo decir “no” e imponer tus decisiones.

¡No te preocupes, no eres la única! Todo tiene solución. La asertividad parece haberse convertido en el talón de Aquiles de muchas mujeres. Si te hace falta, hay cientos de talleres, a los que puedes asistir, para elevar tu autoestima, cambiar tu perspectiva sobre lo que realmente ocurre a tu alrededor y mejorar el modo en el que te relacionas con los que te rodean.No quiero ser una “Superwoman”

Odio el parque

¡Tranquila, a muchas madres les ocurre lo mismo que a ti! No lo pueden remediar y se aburren jugando con sus hijos, se agobian en el parque, están deseando que llegue la vuelta al cole o creen que los cumpleaños infantiles son una auténtica tortura. ¡Aprende a delegar!

¡No sientas culpabilidad! Bastante haces ya cada día por todos como para que encima te angustie esto. Recuerda que, además de ser madre, eres mujer, con tus gustos personales, tus aficiones…, y querer tener vida propia, más allá de la familia, es lo más normal del mundo. Apóyate en los abuelos, perfectos para estas funciones, y en tu pareja, a quien le vendrá genial pasar más tiempo con los niños.No quiero ser una “Superwoman”

Tengo miedo

La maternidad está llena de satisfacción y amor, pero no está exenta de peligros. ¿Nacerá sano? ¿Me querrá? ¿Crecerá feliz? ¿Qué pasará cuando le rompan el corazón? ¿Y si le ocurre algo? ¿Y si me ocurre algo a mí?

Son miedos comunes a todas las madres, y es que amar algo es temer perderlo y la angustia, el miedo, la preocupación, la inseguridad acerca de nuestros seres queridos son lo que nos mantiene siempre alerta ante el peligro, y lo que hace sacar fuerzas de flaqueza cuando más lo necesitas.

Cuando el miedo te asalte y sientas su punzada en el centro de tu pecho, serénate, piensa positivo e invierte más tiempo en disfrutar de tu familia, de tu pareja y dedícate un poco de tiempo para ti misma.

¿Qué ha sido de mi vida?

La maternidad transforma tu vida hasta tal punto que, a veces, ni te reconoces. ¿Dónde han quedado las noches románticas, los momentos para ti misma, los cafés con las amigas, las noches de fiesta, los paseos en pareja?

Nada vuelve a ser igual pero, el lado positivo es que ahora, aunque en menor medida, también puedes disfrutar de esos momentos, y sin duda lo harás más intensamente, valorándolos mucho más. Un pequeño cambio de rutina se convertirá en un gran evento, que te valdrá para “resetear” y tomar fuerzas renovadas.

Sé egoísta y deja a los niños con tus padres, tus suegros o la canguro. ¡Volverás a ver todo de color rosa!No quiero ser una “Superwoman”

Esclavas de la belleza

La peluquería, la ropa, el gimnasio, la dieta, la depilación, el maquillaje, los tacones, las arrugas… ¿Dónde ha quedado eso de que lo importante está en el interior? La sociedad establece unos cánones de belleza inalcanzables que nos empeñamos en conseguir a toda costa.

Nuestro consejo es que, a menos que seas una “fashion victim” o una adicta a la estética,  mantengas el equilibrio y te preocupes más por tu salud y tu bienestar que por las tendencias de moda. Este es nuestro plan especial de belleza para ti:

  1. La depilación láser puede ahorrarte muchas visitas a tu centro estético, por mucho menos de lo que crees.
  2. Haz un curso de automaquillaje en una escuela de maquillaje para sacar el mejor partido a tu rostro, en unos minutos.
  3. Aprende a comprar: una personal shopper puede enseñarte, en un par de sesiones, a comprar mejor, más rápido y gastando mucho menos dinero.
  4. Come sano, equilibrado, fresco y de color rojo. Una dieta rica en antioxidantes puede hacer más por ti que cualquier clínica de cirugía estética.
  5. Muévete: deja el coche en casa, sube las escaleras, juega con los niños… te sentirás enérgica y vital, y no te costará un euro.
  6. Piensa positivo: una buena salud emocional es imprescindible para que tu cuerpo y tu mente funcionen correctamente. Los 10 hábitos de las madres felices, de Meg Meeker, puede resultarte muy útil.

No quiero ser una “Superwoman”El inútil de mi jefe

¿Cuántas veces has tenido un jefe que era un auténtico cero a la izquierda? A nivel laboral no se puede negar que, por mucho que las cosas hayan cambiado, las mujeres tenemos que luchar, trabajar y demostrar mucho más que los hombres, para acabar cobrando mucho menos.

En este sentido, tenemos aún mucho camino por delante, pero como siempre conseguimos lo que nos proponemos, nada mejor que promover la igualdad de manera activa desde sus inicios.

Educar a tus hijos en igualdad es fundamental para que las próximas generaciones continúen con este proceso, y está en tu mano evitar que perpetúen los errores que ya veías en tu madre:

  1. Haz un reparto igualitario de las tareas.
  2. No dejes que el miedo te vuelva injusta.
  3. Reflexiona antes de castigar y poner normas.
  4. Da ejemplo y no seas sumisa en tu trabajo, con tu pareja, tu padre...
  5. Trata a tus hijos de manera igualitaria.

No quiero ser una “Superwoman”Soy invisible

Desde que eres madre, pasar desapercibida se ha convertido en tu especialidad, especialmente en casa de tus suegros pero, sorprendentemente también con tus propios padres, e incluso con tu pareja. Todos los besos, las atenciones y las angustias son para los recién llegados y tú, ¿qué pasa contigo?

Con los abuelos, poco se puede hacer. Piensa que son claves para la educación de tus hijos: su labor es mimarles cuanto puedan y tú has pasado definitivamente a segundo plano.

Sin embargo, a tu pareja puedes explicarle cómo te sientes cuando esto ocurre. La comunicación es clave en una relación, y es probable que, si no se lo dices, ni siquiera se dé cuenta.No quiero ser una “Superwoman”

Papá dice sí, mamá dice no

Ya sea por instinto maternal, porque estamos más en casa, o porque nos ocupamos de organizar nada menos que todo un hogar, lo cierto es que en la mayoría de los casos nos toca también el papel de poli malo en la educación de los niños. Seguro que tú también estás más que harta de esto.

Tendrás que volver a echar mano de toda tu paciencia y tus mejores dotes para la oratoria, y explicar a tu pareja que eso te genera mucho estrés y que es necesario que intercambiéis vuestros papeles a menudo si no queréis que vuestra original estrategia pierda efectividad.

Vamos, que en cuanto los niños descubran cómo funciona, tu sistema habrá dejado de ser infalible.

¡Tienes que sentirte orgullosa de ser mujer porque somos maravillosas! Sin embargo, eso no significa que tengamos que ser perfectas, unas heroínas o unas superwoman.

No dejes que tu abnegación, tus metas, el estrés y las responsabilidades te superen, porque en el fondo, lo más importante es que sepas disfrutar de tu condición de mujer y seas feliz tal como eres.

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