Por muy extraño que parezca, los niños también sienten estrés. El ritmo vertiginoso de nuestro mundo a veces puede llegar a superarles. Te contamos qué es y cómo ayudarles a vencer el estrés infantil.
Los niños deben crecer felices: es fundamental para su desarrollo físico y su salud mental. Sin embargo, el miedo, las preocupaciones o las presiones del ámbito social pueden llegar a crear una situación de estrés. Por eso, es fundamental que sepas identificar los síntomas y enfrentarte al estrés infantil, un trastorno cada vez más frecuente.
Qué es el estrés infantil
Los miedos y las preocupaciones forman parte de nuestra vida diaria, tanto que ya casi nos hemos acostumbrado a ellos. Lo lógico sería que los niños viviesen ajenos a nuestros problemas, en un mundo de inocencia y fantasía en el que nada les afectase.
Desgraciadamente no es así y, muy a menudo, se enfrentan a situaciones angustiosas o desestabilizadoras que superan su capacidad de adaptación.
Es aquí donde aparece el bloqueo y los síntomas del estrés infantil, que pueden variar mucho dependiendo de cada caso y pueden ser difíciles de identificar:
- Síntomas físicos: los más comunes son los dolores de estómago, la falta de apetito y el dolor de cabeza, pero también pueden aparecer otros síntomas como taquicardias, pérdida del cabello o exceso de sudoración.
- Cambios de conducta: estos síntomas son los más difíciles de identificar, ya que algunos pueden pasar desapercibidos. Estos cambios de comportamiento van desde el insomnio o la incontinencia urinaria, a las pataletas, la violencia, la falta de concentración, el aislamiento, las pesadillas, la agresividad o la tristeza.
Las causas del estrés infantil
Cada situación de estrés es diferente, pero las causas más comunes del estrés infantil son diferentes a las de los adultos. La mayoría de ellas tienen que ver con la escuela, la familia y el ámbito social:
- La vuelta al cole y las relaciones sociales dentro del colegio son el principal foco de sus preocupaciones.
Una nueva escuela, los exámenes, hablar en público o la fiesta de fin de curso son momentos en los que el miedo al fracaso, la exclusión o el ridículo pueden provocar momentos de estrés a los niños. - La familia es otro de los ámbitos en los que surge el estrés infantil. Un nuevo hermano, la crisis, el miedo a la muerte de los progenitores, a su separación, a quedarse sin hogar, a que te enfades... son algunos de los miedos infantiles más comunes, aunque la violencia familiar y el abuso son, desgraciadamente, una causa real frecuente del estrés en los niños.
- Las relaciones sociales, ligadas al ámbito escolar, pero cada vez más vinculadas a las redes sociales. La clave es la prevención: enseñarles a respetar, darles confianza y supervisar el uso de internet.
Cómo luchar contra el estrés infantil
Lo más importante para luchar contra el estrés infantil, tanto si ya ha aparecido como si tratas de prevenirlo, es rebajar el ritmo diario y el nivel de tensión que soporta el niño.
A partir de ahí, debes buscar la causa del estrés y eliminarla. En el caso de miedos infantiles y desasosiego ante situaciones nuevas o estresantes, es importante que enseñes a tu hijo a analizarlos y enfrentarse a ellos con valentía y mentalidad positiva.
El ámbito social es difícil de investigar, ya que los niños suelen ser más reservados con estos temas. Pasa más tiempo en familia, habla con sus profesores, favorece un ambiente de confianza, respeto y cariño en casa, evitando las discusiones en su presencia y prestándole más atención. Esto te dará más posibilidades de descubrir el origen del problema y evitará el estrés dentro de casa.
El estrés forma parte de nuestras vidas, y aprender a superarlo es fundamental para crecer felices. Para los niños, un ambiente de comprensión y cariño les dará más capacidad para enfrentarse al miedo y evitar el estrés infantil.