Los celos son una de las principales causas de mala conducta durante la primera infancia. Tanto si estás pensando en darle un hermano a tu pequeño, si estás embarazada o si ya ha llegado el nuevo miembro de la familia, nuestros consejos te serán muy útiles para evitar que los celos conviertan a tu angelito en auténtico diablillo.
Los celos son una respuesta emocional exclusiva del ser humano: es nuestro particular modo de reaccionar ante el miedo a perder el afecto de la persona amada. La envidia, la inseguridad y la frustración son su caldo de cultivo; la ira, la agresividad y la tristeza son sus manifestaciones más primarias.
A medida que vamos creciendo, lo normal es que aprendamos a vencer ese miedo con otras soluciones más productivas, como la racionalización, la aceptación o la persistencia.
Mientras somos niños y no somos capaces de controlar nuestras emociones, los celos pueden ser causa de alteraciones del comportamiento infantil, especialmente cuando se acerca la llegada de un nuevo hermanito.
Lo más importante es que puedes hacer muchas cosas para evitar que surjan los celos en los niños, y si ya es tarde para prevenir, no te preocupes, porque también te explicaremos cómo tratar los celos infantiles:
Preparándote para el embarazo
Los celos en los niños son una respuesta natural y sin maldad ante el miedo. Si tu hijo cree que la llegada de un nuevo bebé a la familia sólo va a reportarle sufrimiento, la idea de tener un nuevo hermanito no le hará ninguna gracia.
Si, por el contrario, entiende que va a traer consigo más diversión y compañía, estará deseando que llegue cuanto antes:
- No fuerces el tema y háblale de vez en cuando de las ventajas de tener un hermanito, de tener a alguien con quien jugar, de cuidar de él...
- Deja el tema de compartir sus cosas y otros cambios para más adelante.
- Léele cuentos para evitar los celos infantiles, como Celos, de Everest, con Cd-ROM interactivo para que aún les resulte más entretenido.
Estoy embarazada: ¿Cómo se lo cuento?
En primer lugar, tómatelo con calma y no te precipites. Espera al menos hasta haber cumplido 12 semanas de embarazo y hazlo poco a poco:
- Despierta su instinto de protección hablándole de las responsabilidades del hermano mayor; eso hará que se sienta importante y con ganas de participar.
- Hazle participar en los preparativos: muéstrale las ecografías, haz que toque tu tripa para sentir sus movimientos, explícale cómo se desarrolla...
- Cuando saques sus cosas de los altillos, aprovecha para enseñarle sus fotos, ecografías, su libro del bebé...Cuéntale cómo le cuidabas, bañabas o vestías con la misma ropita que ahora se pondrá su hermanito. Eso le dará una visión más real de lo que le espera.
No olvides que los celos son una respuesta ante el miedo, así que dialoga con tu pequeño y contesta a todas sus preguntas para eliminar cualquier rastro de amenaza o inseguridad.
El príncipe destronado
Ahora que el nuevo hermanito ha llegado, es el momento de enfrentarse a nuevas situaciones que pueden hacer surgir los celos infantiles.
Piensa que tu hijo, especialmente si es pequeño, no está preparado para compartirte, ni sabe cómo asumir que ahora ya no es el único ni el más importante.
Es lo que se conoce como el síndrome del príncipe destronado, y por eso estará más triste e irascible, mimoso y dependiente que nunca.
Los síntomas de los celos en los niños incluyen cambios en el comportamiento infantil tan variados como inevitables: pedir el chupete, volverse agresivos, orinarse en la cama... y todo para reclamar tu atención. Presta atención a su comportamiento e intenta encontrar el origen de sus reacciones:
- Después de todo lo que habéis imaginado este momento, tu hijo tiene que enfrentarse a una realidad bien distinta: su madre pasará unos días en el hospital y no puede estar con ella, el recién nacido la mantiene ocupada todo el tiempo, es demasiado pequeño para jugar con él, llora y duerme...
Sus enfados son perfectamente lógicos, así que sé comprensiva y respóndele con atención extra. - Las visitas son otro de los puntos conflictivos en estos momentos, así que no pierdas detalle y mantén a tu hijo mayor siempre a tu lado.
Y lo más importante: intenta evitar los comentarios desafortunados y las comparaciones. - El recién nacido no será como tu hijo se lo imaginaba, y necesitará tiempo para asumirlo. Comparte con él el momento del baño y háblale del bebé: lo pequeñas que son sus manos, que pronto crecerá y aprenderá... Así, entenderá un poco mejor la nueva situación.
- La labor del padre también es muy importante, y ésta es una ocasión excepcional para que hagan juntos algunas actividades en familia que refuercen sus vínculos mientras mamá descansa o se ocupa del bebé.
Con el paso del tiempo, lo más lógico es que desaparezcan los celos en los niños: tu hijo ya se ha acostumbrado a su nueva situación, el instinto protector ha aflorado y el bebé ya no es tan delicado. De vez en cuando surgirá algún conflicto, pero seguro que si revisas lo ocurrido encontrarás algún motivo para sus celos.
Si sigues nuestros consejos, los celos no deberían repercutir en el comportamiento infantil. No tendrás que volver a preocuparte de cómo tratar los celos en los niños hasta que lleguen a la adolescencia, pero para eso falta mucho aún, ¿no te parece?