Saber sacar los mocos de tu bebé es imprescindible para evitar que sus continuos catarros se compliquen. Aprende a hacerlo bien y te ahorrarás muchas molestias y berrinches.
Los catarros son muy comunes durante los primeros años de vida de los bebés. De hecho, en épocas de frío, y especialmente si van a la guardería, lo normal es que pasen más días resfriados que sanos.
El cuerpo de tu bebé está preparado para eliminar la mucosidad por sí mismo, a través de estornudos, toses y el sistema digestivo. Sin embargo, facilitar esa tarea mejorará sus síntomas y hará más rápida su recuperación.
Paso 1. Facilitar la eliminación de los mocos
Lo más sano es que tu bebé elimine los mocos con normalidad y por medios naturales. Sin embargo, la calefacción puede hacer necesario el uso de un humidificador.
Los humidificadores son perfectos para evitar que los mocos se resequen mientras tu pequeño duerme. Utilizándolo, harás que los resfriados desaparezcan antes y evitarás toses, vómitos, dificultades respiratorias e incluso infecciones como otitis, faringitis, sinusitis...
Cuando hay congestión nasal, un lavado nasal con suero fisiológico es muy útil para deshacer o fluidificar los mocos y flemas de los bebés. Natural e inocuo, es recomendable utilizarlo desde los primeros síntomas del resfriado para evitar la acumulación de un exceso de mucosidad.
Para hacer el lavado nasal al bebé, debes recostarle, ladearle la cabeza hacia la izquierda para administrarle el suero en la fosa derecha y hacer lo mismo después hacia el lado contrario.
Si has optado por el formato monodosis, caliéntalo unos segundos en tus manos y aplica unas gotas en cada orificio. Para el suero fisiológico en aerosol, aplica, suavemente y sin introducir el aplicador, una dosis en cada orificio nasal. Mantén a tu bebé recostado durante unos segundos e incorpóralo después.
Paso 2. Retirar los mocos
Para prevenir la acumulación de mocos excesiva, lo más recomendable es descongestionar la nariz de tu bebé con ayuda de un aspirador nasal.
Utilízalo antes de darle de comer y ponerlo a dormir, para garantizar su correcta alimentación y su descanso. Hazlo siempre con una sonrisa y como parte de un juego. Evitarás que tu bebé se moleste cuando lo utilizas:
- Pon a tu bebé boca arriba con la cabeza ladeada.
- Haz un lavado nasal a tu bebé con el suero fisiológico en la fosa contraria al lado de la inclinación y retira los mocos, aspirándolos hasta el recipiente del aspirador nasal.
- Haz lo mismo con el otro orificio nasal, ladeando su cabeza hacia el lado contrario y aspirando los mocos.
- Lava bien la boquilla y el depósito del aspirador nasal para evitar que se obstruya.
El aspirador nasal es uno de esos accesorios que se usan durante poco tiempo, pero con mucha frecuencia. Por eso es muy importante que escojas un modelo que os resulte cómodo y no provoque molestias a tu bebé.
El más recomendable es el aspirador nasal de cánula: se adapta perfectamente a la nariz de tu bebé y su uso es muy sencillo. Manuales o eléctricos, aunque unos son más prácticos que otros, todos son igualmente efectivos.
Paso 3. Prevenir la acumulación de mocos
Cuando los bebés son pequeños, los mocos pueden llegar a acumularse de manera que dificulten su descanso o su alimentación. Un masaje suave sobre el pecho, el uso frecuente del humidificador, los lavados con suero fisiológico, el aspirador nasal y la administración de abundantes líquidos durante el resfriado evitarán que se congestione en exceso.
Cuando tu pequeño empiece a desenvolverse con más soltura, hacia los dos años, debes empezar a enseñarle a estornudar, toser y sonarse los mocos.
- La tos es un modo muy efectivo de eliminar mocos y flemas. Por eso es fundamental que aprendan a toser de manera correcta. Para ello, debes enseñarles a respirar profundamente antes de hacerlo y escupir en un pañuelo después.
- Para estornudar correctamente y evitar que los microbios pasen a los senos nasales y los oídos provocando infecciones, es importante no apretar la nariz y mantener la boca bien abierta, poniendo un pañuelo delante de la boca.
- Para aprender a sonarse los mocos correctamente puedes empezar jugando con él en la bañera, tapando un orificio nasal e intentando soplar fuerte con el otro.
Muy pronto, tu bebé te sorprenderá sonándose los mocos él solito con un pañuelo. Mientras tanto, eliminar el exceso de mucosidad cuando hay congestión nasal es fundamental para que respire con normalidad mientras duerme o come. Hacerlo bien te ahorrará muchos disgustos y preocupaciones.