Es hora de alimentar a tu bebé y darle su primer biberón. Si ya dispones de todo lo necesario para preparar un biberón, es posible que te preguntes cómo debes hacerlo. Te explicamos paso a paso cómo preparar y mantener limpios los biberones de tu bebé.
A medida que pasen los meses acabarás por convertirte en toda una experta, pero la primera vez siempre es mejor si te ayudan, ¿no?
Cómo preparar un biberón
Es muy sencillo, sigue estos pasos y verás que pronto se convertirá en una tarea automática:
- Añade al biberón la cantidad de agua o leche preparada que vayas a dar a tu bebé. La cantidad dependerá de cada bebé: dale cuando quiera y cuanto quiera. Poco a poco los biberones serán más grandes y las tomas se espaciarán más.
- Caliéntalo en el calientabiberones siguiendo las instrucciones del fabricante. Te aconsejamos no usar el microondas para calentar tu biberón. El agua se calienta de forma desigual y tu bebé podría quemarse. Tampoco lo uses con la leche preparada, pues altera su composición. Usa mejor un calientabiberones: el agua o la leche se calentarán a la temperatura ideal.
- Agrega la leche en polvo (suele ser un cacito por cada 30 ml de agua) o los cereales. Agítalo bien para eliminar los grumos.
- Cierra bien los envases. Si usas leche ya preparada debes guardar el envase en la nevera.
- Comprueba la temperatura de la leche en el dorso de tu mano o el interior de tu muñeca. Si está muy caliente, refresca el biberón bajo el grifo hasta que se temple.
- Busca un lugar tranquilo y cómodo donde puedas estar relajada. Si tienes un cojín de lactancia, es el momento de usarlo. Ajústalo a tu cintura y coloca al bebé en horizontal, con la cabeza apoyada sobre tu brazo. Coloca el biberón en diagonal y comprueba que el extremo de la tetina esté siempre lleno.
- Disfruta de la experiencia. La lactancia crea momentos irrepetibles, así que tómalo como un rato para ti y para tu bebé. Busca la postura que más os guste y aprende de sus gestos.
- Retírale el biberón cuando se canse y ayúdale a expulsar los gases con unas palmadas suaves en la espalda.
- No guardes la leche que te sobra. Es mejor preparar la cantidad justa cada vez y tirar el resto.
La higiene de tus biberones y tetinas es muy importante, sobre todo durante los seis primeros meses, cuando tu bebé aún no tiene defensas y es más vulnerable a las infecciones. Las bacterias de los biberones pueden producir molestias intestinales que es mejor evitar, por lo que la esterilización se hace imprescindible. A medida que pasen los meses y nuestro bebé crezca, su salud será más resistente y no necesitará tantos cuidados. Mientras, para evitar las consecuencias desagradables que las bacterias provocan, nos será muy útil seguir estos consejos:
- Lava y esteriliza los biberones y tetinas antes de utilizarlos. Si tu bebé es aún un recién nacido tendrás que hacerlo siempre hasta que cumpla los seis meses. También mordedores, tetinas, chupetes, tapas y cucharas. Usa agua y lavavajillas y acláralos bien antes de introducirlos en el esterilizador de biberones (si no dispones de uno, puedes hervirlos durante 15 minutos).
- Enjuaga el biberón después de haberlo usado. También la tetina, la rosca y la tapa. Evitarás que se endurezcan los restos de leche en el biberón y te será más fácil de limpiar.
- Ayúdate de un cepillo limpiabiberones. Son muy económicos y suelen incorporar uno más pequeño para limpiar las tetinas. Llegan a las partes de difícil acceso, como roscas o cuellos y te ahorrarán sorpresas.
- Mantén los biberones y tetinas esterilizados. Puedes hacerlo dentro del propio esterilizador de biberones; tanto químico o por vapor, la esterilización dura 24 horas.
- Lávate bien las manos antes de manipular los biberones, tetinas, cucharas... También, antes de preparar la leche.
- Prepara el biberón en el momento en que se lo vayas a dar. Si no es posible, dispones en el mercado de leche ya preparada en envases individuales, por ejemplo, para llevar de viaje.
- El biberón de vidrio y la tetina de silicona son más recomendables durante los primeros seis meses: son mucho más higiénicos. A partir de ahí, los biberones de plástico y las tetinas de látex serán más resistentes. Desecha el biberón cuando no se lean las medidas y las tetinas en cuanto empiecen a deteriorarse.
Conservar limpio todo lo que rodea a nuestro bebé es la clave para mantener las bacterias a raya. La higiene del biberón es una de las medidas más importantes. Te evitará muchas sorpresas desagradables con la salud de tu bebé. Organiza los enseres que vas a utilizar y mantenlos en buen estado. Es fundamental para preparar el biberón de tu pequeño.