Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, pero ¿lo hacemos correctamente? Dormir bien es fundamental para recuperar fuerzas, crecer y rendir al día siguiente. Hoy te ayudaremos a adoptar hábitos saludables que te servirán para descansar mejor.
A pesar de todo el tiempo que invertimos a lo largo de nuestra vida en dormir, la calidad de nuestro sueño no es suficiente para que descansemos correctamente. Las preocupaciones, las actividades que realizamos antes de irnos a la cama, la contaminación acústica o lumínica, nuestra dieta..., son demasiados los condicionantes que pueden impedirnos dormir bien.
Lo peor es que las consecuencias de descansar mal son devastadoras para nuestra salud, y afectan a casi la mitad de los habitantes del planeta. Tener que enfrentarse a un largo día, tras haber dormido poco o mal, puede ser más difícil que ir a trabajar enferma y, si la situación se prolonga, no te quepa duda que toda tu salud se resentirá.
La importancia de dormir bien
Tu cuerpo aprovecha las horas de sueño para regenerar y eliminar las células que se han deteriorado a lo largo del día, y ese es el motivo de que estés mucho más cansada cuando has hecho mucho ejercicio, ya sea físico o mental.
Tras una noche de sueño reparador, tu cuerpo y tu mente recuperan sus energías y están totalmente preparados para afrontar una nueva jornada.
Sin embargo, no todas las horas que dedicas a dormir son igualmente efectivas para recuperar tus fuerzas, ya que es durante las fases de sueño profundo y REM (MOR, de Movimiento Ocular Rápido, en nuestro idioma) cuando el descanso es realmente eficaz. Tan sólo la mitad de tus horas de sueño pertenecen a esta etapa; el resto del tiempo tu cuerpo simplemente se prepara para dormir.
Estas fases del sueño, que se corresponden con las últimas horas de descanso, son las responsables de que tu sistema motor descanse y de que tu mente restaure sus funciones cognitivas: razonar, concentrarse y recordar.
Si algo te despierta, si no llegas a alcanzar un sueño profundo, si duermes demasiado poco..., en definitiva, si tu cuerpo no alcanza estas últimas fases del sueño, no descansará. Por eso, es tan importante relajarse y cumplir con las diferentes fases del sueño que te proporcionan un sueño reparador.
Las consecuencias de no dormir bien
Seguro que más de una vez te has levantado por la mañana más cansada de lo que te habías acostado. Si esto ocurre a menudo, deberías ponerle freno, porque no dormir bien puede ser perjudicial para tu salud. Estos son sólo algunos de sus síntomas:
- Cansancio excesivo, mal humor e irritabilidad. Es el modo que tu mente tiene de avisarte de que necesitas dormir más o mejor.
- Fallos de memoria, ya que es durante las horas de sueño cuando la memoria se consolida. Si no duermes bien, es lógico que no recuerdes algunas cosas que han sucedido durante el día.
- Falta de concentración y descoordinación, señal de que durante la fase REM tu mente no ha restaurado sus capacidades cognitivas.
- Problemas de visión e hipersensibilidad a la luz. Tus ojos también necesitan reponer fuerzas, y lo hacen durante el descanso, mucho mejor si es a oscuras.
- Aumento de peso, hipertensión, diabetes y problemas cardiacos. Del mismo modo que cuando dejas de comer, si no descansas, lo que tu cuerpo entiende es que debe acumular reservas por si la situación continúa. Acumular grasas es su modo de hacerlo, y eso afecta de modo negativo a tu salud vascular.
Hábitos saludables que te ayudarán a descansar mejor
Cada persona tiene unas necesidades específicas a la hora de dormir, pero hay ciertos hábitos saludables que pueden mejorar notablemente la calidad de tu descanso. Estas son nuestras recomendaciones:
- Mejor en silencio y con la luz apagada, ya que es el mejor modo de desactivar las alertas que mantienen tu cerebro activo. El ruido blanco de Lightning Bug también puede ayudarte a desconectar de las preocupaciones o el ruido de la calle.
- Duerme 7 u 8 horas diarias y, a ser posible, con el mismo horario. Tu cuerpo agradece las rutinas, y le ayudan a desconectar mejor del estrés que le rodea.
- Cuida tu salud emocional, y verás cómo desaparecen muchas de las preocupaciones que no te dejan dormir bien.
- Reduce los excitantes de tu dieta: café, té y tabaco son los más importantes, pero no los únicos. Elimina los picantes, el chocolate o las comidas pesadas para la cena y sustitúyelos por un buen desayuno y una dieta rica en alimentos saludables.
- Acuéstate temprano. A pesar de que en nuestro país estemos acostumbrados a acostarnos mucho más tarde que nuestros vecinos europeos, deberíamos hacer un esfuerzo por recuperar los horarios y costumbres de nuestros abuelos. Cenar poco, acostarse temprano y madrugar puede ayudarte, y mucho, a mejorar la calidad de tu sueño.
- Elimina la siesta, y vete a la cama sólo cuando te encuentres cansada. El ejercicio físico diario, por las mañanas, te ayudará a conseguirlo.
- Relájate antes de dormir: un poco de yoga, un masaje, un baño relajante, música suave, infusiones para dormir...
Así que ya sabes, si quieres vivir más, deberías dormir mejor. Sigue nuestros consejos y adopta estos hábitos saludables. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.