No desesperes, hoy te explicamos cómo enseñar a los niños a mantener su habitación ordenada sin conflictos ni reproches.
Una vez que el orden y la limpieza de su habitación se convierten en un juego divertido, será más fácil cambiar los hábitos de los niños y empezar a recuperar la tranquilidad que apenas recuerdas en tu hogar.
Los niños son desordenados por naturaleza. Lo son porque no hay más orden ni rutina en sus vidas que la que nosotros les mostramos. Por eso, es tan importante inculcar hábitos en los niños. Los horarios y la rutina enseñan a los niños a estructurar su vida desde lo más sencillo o básico a las decisiones más importantes de su vida.
La edad clave para enseñar estos hábitos a los niños abarca desde los dos años y medio a los cinco años, edad en la que son mucho más independientes y te costará más trabajo que vean las tareas como un juego.
En esta época, a los niños les encanta poner a prueba tus normas y tu paciencia, por lo que debes mantenerte firme y perseverante. El niño debe entender que no existe la posibilidad de librarse de la tarea, pero tampoco debe entenderla como un castigo.
Pónselo fácil, sobre todo al principio:
- Explícale que recoger los juguetes es una parte más de jugar con ellos y que es necesario para poder usarlos al día siguiente.
- Organiza los juguetes en cestas o contenedores de plástico e intenta clasificarlos: peluches, muñecas, coches, pelotas...
- Ayúdale los primeros días a recoger, plantéalo como un juego y, cuando termine, haced juntos algo que le divierta.
- Acompáñale e indícale lo que debe recoger: su plato después de comer, su ropa tras el baño, sus pinturas o su plastilina cuando termine de jugar con ellas...
- Premia su esfuerzo siempre que haga algo positivo e intenta restar importancia a momentos de rebeldía, que los habrá.
- Sé constante y ten paciencia. Pronto verás cómo comienza a recoger él solo.
Un buen modo de evitar que los niños sean desordenados es premiar sus esfuerzos con juegos de ordenar casas y habitaciones. Estos juegos convierten algo aburrido en un pasatiempo divertido, y le ayudan a estimular su sentido de la responsabilidad y a cumplir con sus quehaceres diarios.
Enseñar a los niños a recoger sus cosas es un hábito muy saludable que les prepara para mantener el orden en su vida adulta y les ayuda a sobrellevar tareas rutinarias o desagradables que tendrán que asumir en el futuro.