Los dientes del bebé, y sobre todo su aparición, dependerán más de la genética que de otros aspectos. Así como algunos bebés son muy precoces, otros son más lentos en su crecimiento y desarrollo.
No te preocupes si tu bebé ha cumplido el año y no le ha salido ningún diente o le salen demasiado pronto. Los dientes del bebé serán más fuertes cuanto más tarden en salir.
Los primeros dientes del bebé, conocidos como dientes de leche, actúan a modo de guía de la dentadura definitiva de tu hijo, y empezarán a caérsele hacia los seis años.
Lo normal es que desarrollen la dentición completa (20 dientes) antes de cumplir los tres años. Consulta a tu pediatra si observas alguna anomalía importante, pero lo habitual es que los primeros dientes de tu bebé empiecen a salir entre los cuatro y los seis meses.
Notarás que los dientes del bebé empiezan a salirle porque babeará más y morderá sus juguetes. Si palpas su encía apreciarás que está levemente inflamada. A veces, incluso podrás notar el diente a punto de salir.
Los primeros dientes que le saldrán a tu bebé son los dos frontales inferiores (incisivos centrales). Le seguirán los cuatro incisivos superiores, más o menos, un mes o dos después. Los siguientes serán los incisivos laterales inferiores. Después le saldrán sus primeras muelas (premolares), y por último, los colmillos y las últimas muelas.
Las encías inflamadas, con los dientes a punto de salir, pueden hacer que se encuentre especialmente ansioso y lloroso. Puede que le cueste dormir o tenga algún desorden intestinal. Consuélalo con mucho cariño y ten paciencia si rechaza la comida. Un mordedor lo ayudará a aliviar el dolor y lo tranquilizará. Algunos modelos son especiales para refrigerarlos en la nevera, ya que el frío tiene un efecto calmante en sus encías.
Consulta a tu pediatra si el dolor es muy fuerte y quizás te recete algún tipo de analgésico específico para los dientes del bebé. Seguramente el dolor será puntual y pasajero y tu bebé no necesitará mayores cuidados.