La música es una parte muy importante en nuestras vidas. También en la de los niños, ya que es una de las manifestaciones artísticas que más les gustan y les enriquecen. La educación musical es magnífica para desarrollar la imaginación y la creatividad en los niños, mientras se divierten jugando.
La educación musical es uno de los mejores métodos para estimular la inteligencia de tu hijo. Fomenta su capacidad de aprendizaje y razonamiento, educa su oído y le enseña a escuchar. Además, le ayuda a coordinar sus movimientos, fomenta su memoria y su imaginación, por lo que la música para los niños se convierte en uno de los juegos educativos de los que sacarán más provecho.
La educación musical en casa
Introduce, cuanto antes, la música en tu hogar. Es el mejor lugar para iniciar a tus hijos en la educación musical.
Los beneficios de la música durante el embarazo han sido constatados en muchas ocasiones. Las nanas o la música suave ayudarán a tu bebé a conciliar el sueño más fácilmente.
A partir de los nueve meses, tu bebé estará más receptivo e imitará tus gestos constantemente, por lo que es el mejor momento para empezar a practicar algunos juegos musicales con él:
- Puedes empezar con "Palmas, palmitas", una canción muy sencilla en la que el bebé aprenderá a seguir el ritmo de la música, favoreciendo su coordinación psicomotriz, su sentido del ritmo y su oído.
- Las canciones infantiles con repeticiones sonoras son ideales para que aprendan a emitir sus primeros sonidos. Si le cantas "Debajo un botón, ton ton", pronto aprenderá a cantar "ton" o "tin" cuando corresponda.
- Canta con él y usad sonajeros para llevar el ritmo: mejorará su capacidad auditiva y su razonamiento matemático.
- Los juguetes musicales, como pianos o xilófonos, son ideales para educar el oído del niño en esta época, ya que fomentan su creatividad. Pronto aprenderán a "componer" sus propias melodías y a combinar las notas musicales.
- Cuando tu bebé comience a caminar, puedes ponerle música infantil y bailar juntos haciendo palmas o llevando el ritmo con un sonajero.
- La música está en todas partes: enséñale a buscarla creando sus propios sonidos con combinaciones sencillas que pueda repetir.
Educación musical en el colegio
Para los profesores de educación infantil, la música es uno de sus instrumentos preferidos para mejorar las capacidades de los más pequeños, ya que no sólo los calma y los entretiene, sino que también hace más llevaderas las tareas y mejora el rendimiento de los niños en matemáticas o lectura.
Cuando los niños ya son mayores, educarles a través de la música les ayuda a centrar sus pensamientos, enfocar su creatividad de manera satisfactoria y disfrutar de su propia autonomía.
Por eso, la educación musical forma parte de su educación obligatoria desde que comienzan en el colegio, y se utiliza frecuentemente como herramienta para reforzar otras materias.
Es recomendable que tengas en cuenta las escuelas con clases de música a la hora de escoger el colegio de tus hijos. Las clases de música y lenguaje musical mejoran el rendimiento escolar de los niños en casi todas las materias, pero sobre todo su comprensión matemática, lingüística y su razonamiento lógico.
Escuelas de música: desde pequeños
La estimulación temprana del sentido musical de tu bebé mejorará sus aptitudes en el futuro. Recuerda que lo mejor es comenzar con la educación musical cuanto antes.
Las escuelas musicales y conservatorios suelen organizar cursos de educación musical para niños, normalmente a partir de los tres años, pero también puedes encontrar cursos específicos para iniciar a los bebés en la música.
Aprender a tocar un instrumento ayuda a los niños a descubrir qué importancia tiene la música en todo lo que les rodea, y les da más seguridad y responsabilidad a la hora de resolver los problemas. Tocar con otros niños dará valor al respeto y la comprensión.
La educación musical desarrolla su coordinación y su capacidad de adaptación, sus relaciones sociales y su tenacidad a la hora de conseguir sus metas. Y, además, les hace más maduros, responsables y felices.
