Desde sus pequeñas y afiladas uñas hasta un biberón demasiado caliente que se cae en el peor momento, los cortes y las quemaduras leves son uno de los accidentes domésticos más comunes en bebés y niños. Saber cómo curar una quemadura o una herida correctamente es fundamental para evitar males mayores.
Los accidentes domésticos son la causa de la mayoría de los cortes y quemaduras que se producen en bebés y niños. Un descuido, una caída, una esquina afilada de un mueble..., el peligro acecha donde menos esperas y, a menudo, la prevención se hace insuficiente ante el carácter curioso y aventurero de los pequeños de la casa.
Por este motivo, es necesario tener ciertos conocimientos de primeros auxilios, especialmente para saber cómo curar una quemadura o una herida y saber cuándo debes llevar a tu hijo a urgencias.
Cómo curar una herida
La mayoría de las heridas y rozaduras suelen producirse por caídas y, aunque muy escandalosas, casi siempre se trata de heridas leves. Calmar a tu pequeño y unas nociones básicas de primeros auxilios son imprescindibles para curar sus heridas:
- Lávate bien las manos.
- Aplica un chorro de suero fisiológico hasta que arrastre toda la sangre y la suciedad. Si no tienes suero fisiológico a mano también puedes utilizar agua y jabón.
- Cuando la herida esté limpia, aplica una gasa sobre la herida, presionándola suavemente.
- Cuando se haya cortado la hemorragia podrás ver si se trata de una herida leve, pequeña, poco profunda o sus bordes están juntos. Un poco de antiséptico y una tirita serán suficientes por el momento. Retira la tirita en cuanto puedas para que la herida se seque al aire.
- Para los cortes de mal aspecto, profundos, en la cara, largos o de bordes separados, tendrás que acercarte al servicio de urgencias para que valoren la herida. Quizás tu pequeño necesite unas tiras de aproximación o unos puntos de sutura.
Si se produce una amputación, y con el fin de volver a reimplantar el miembro con éxito, debes guardar el trozo amputado en una bolsa de plástico limpia en un recipiente con hielo. Si tu pequeño se ha clavado un objeto grande, inmovilízale y no intentes retirarlo hasta que te pongas en contacto telefónico con urgencias.
Cómo curar una quemadura
La piel de los niños, y especialmente la de los bebés, es especialmente sensible y delicada. Por eso es muy importante proteger su piel del sol y prevenir los accidentes domésticos retirando los objetos punzantes de su alcance.
De todos modos, siempre hay incidentes inevitables para los que debes estar preparada:
- Elimina el peligro, apagando el fuego, retirando la fuente de calor, desenchufando el aparato eléctrico que lo ha causado...
- Enfría la zona con abundante agua fría hasta que el dolor se calme.
- Acude a urgencias si la quemadura es muy grande, parece carbonizada, el dolor no se calma o aparecen ampollas de color claro.
En el caso de quemaduras por productos corrosivos, debes retirar la ropa con cuidado de no quemarte y bañar a tu hijo en la bañera con agua abundante.
Si se produce una electrocución, desconecta primero la red general antes de tocar al niño. Si no fuese posible, sepáralo del punto eléctrico con una toalla seca o un objeto aislante, como madera o plástico. En estos casos es fundamental ponerse en contacto con el 112 cuanto antes.
Está claro que el mejor modo de evitar los accidentes domésticos es prevenirlos. Para los inevitables, los primeros auxilios son imprescindibles para curar las heridas y quemaduras leves de bebés y niños.